COMO CURAR LA AMARGURA
La amargura es uno de los pecados más comunes no solo en el mundo sino también entre el pueblo cristiano evangélico. Casi todos hemos sido ofendidos y una u otra vez hemos llegado al punto de la amargura.
La amargura surge en una persona, cuando esta no ha perdonado a la persona que le ofendió. Uno de los síntomas principales de la persona que esta amargada es que busca la manera de vengarse de la persona que le ofendió, y por lo general la persona amargada es una persona NEGATIVA.
Debido a que es difícil (si no imposible) vivir amargado y en paz, el hombre maquina maneras para tratar de resolver su problema de amargura y así menguar el dolor, pero la solución que busca normalmente es la equivocada y la amargura por lo tanto queda intacta.
Maneras que el hombre busca para salir de su amargura:
1. VENGARSE
La manera más común que usa la gente para tratar de sacar la amargura de su vida, es Vengarse. Busca a la persona que le daño y la maltrata, la golpea, habla mal de ella, la corre, se desquita en proporción a lo que le hicieron, etc.
Solo existen tres motivos para asesinar a una persona: Amor, Dinero y Venganza.
Cuando intento vengarme por mi propia cuenta...
a. Me estoy poniendo en el lugar de Dios.
Queridos hermanos, no busquen la venganza, sino dejen que Dios se encargue de castigar a los malvados. Pues en la Biblia Dios dice: «A mí me toca vengarme. Yo le daré a cada cual su merecido.» Y también dice: «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Así harás que le arda la cara de vergüenza.» (Romanos 12:19-20 TLA)
Según la Biblia es a Dios a quien le toca hacer el juicio contra las personas malas. Entonces la venganza es el pecado de usurpar un derecho que le pertenece a Dios.
Querer vengarnos por nosotros mismos es asumir una actitud de orgullo, el mismo pecado que causó la caída de Lucifer (Isaías 14:13,14)
"Dios no obrara hasta que le deje la situación en sus manos."
b. La venganza siempre complica la situación.
Mi propia venganza provoca más problemas, mas enojo, envenena a otros y deja mi conciencia intranquila por lo que hice.
No crean ustedes que pueden engañar a Dios. Cada uno cosechará lo que haya sembrado. (Gálatas 6:7 TLA)
2. MINIMIZAR EL PECADO DE LA AMARGURA
Minimizo el pecado cuando por alguna motivo puedo justificarlo. Existen, por lo menos tres maneras de minimizar el pecado de la amargura:
a. Llamarlo por otro nombre... alegando que es una debilidad, una enfermedad o desequilibrio químico, enojo santo, o sencillamente afirmando que "Todo el mundo lo hace". Hay quienes dicen que son muy sensibles y como resultado están resentidos pero no amargados. ¡Cuidado! Hay una relación muy íntima entre los sentimientos heridos y la amargura.
b. Disculparse por las circunstancias y así justificar la amargura... "En esta circunstancias Dios no me condenaría por guardar rencor en mi corazón."
c. Culpar a otros... Cuando se descubre la amargura generalmente el ser humano culpa a la persona que le ofendió.
Reconocer que lo que tengo es amargura... Es el principio básico de nuestra sanidad.
El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. (Proverbios 28:13 RVR1960)
3. QUE EL OFENSOR PIDA DISCULPAS
Queremos que el que nos ofendió nos pida disculpas, pero generalmente eso no sucede. Por eso Dios nos invita a que nosotros tomemos la iniciativa. La solución radica en hablar con Dios del coraje que tenemos contra tal persona y pedir a Dios perdón y ayuda. Pero también debemos hablar con la persona con la que se tuvo el problema y buscar el perdón y la reconciliación.
Lo ideal es poder platicar con la persona con la que tuviste el problema y que se de un cambio. Pero si no se da lo anterior... tu conciencia estará tranquila con Dios y si fuiste sincero con Dios, tendrás su perdón y sanidad.
Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. (S. Mateo 5:23-24 RVR1960)
Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. (Romanos 12:18 RVR1960)