martes, 22 de mayo de 2018

LA GRATITUD

... El hombre camina entre las tumbas, encorvado y en silencio. Una brisa otoñal recorre el frío cementerio. Está más cerca del final que del principio de la vida. Vive sus últimos años, los de la vejez, los de la experiencia. Se le nota cansado, pero hace un esfuerzo por caminar. Detrás de él, los que parecen ser sus familiares, lo observan con profundo respeto.

... El caballero se inclina sobre una de las tumbas. La lápida lleva el nombre de un teniente del ejército estadounidense.  No es de cualquier teniente, para el viejo hombre, pertenece a quien le devolvió la vida. Fue quien cruzó el mapa en plena guerra para devolverle su libertad.

... Hacía muchos años el gobierno estadounidense había revisado los archivos para descubrir que una madre había perdido cuatro hijos en el frente de batalla. Y no era justo que perdiera a su quinto muchacho en el ejército. 
Había que indemnizar a la madre de algún modo, y lo mejor era buscar al quinto hijo en medio de la batalla, darle de baja y enviarlo de regreso a casa. Que viviera los últimos años junto a una madre que lo perdió casi todo. 

... Durante el rescate, el mismísimo teniente no puede creer que todo un pelotón se sacrificara para rescatar a un solo soldado. Pero le costó su propia vida y sus mejores hombres, y antes de morir el teniente mira al soldado a los ojos y le dedica sus últimas palabras: - Espero que te merezcas este sacrificio, por lo menos vive una vida digna, que valga la pena.

... Ahora el soldado es el viejo que observa la lápida. La guerra terminó hace muchos años, pero él quiere saber si saldó su deuda con el teniente. Contempla su tumba y le hace una pregunta a su anciana esposa, que está a unos pasos detrás de él. 

- Necesito que me digas si fui un buen hombre.  
- Dime si viví una vida buena.
- Dime si fui digno de tanto sacrificio.
... insiste entre lágrimas mientras se funde en un abrazo con la mujer de su vida.

... La escena es la más lograda del filme Rescatando al soldado Ryan, interpretada por el laureado Tom Hanks. 

::: Todo HOMBRE QUE AMA A CRISTO siente que tiene una deuda eterna con la cruz, está consciente de que lo recibió de gracia, pero aun así, siente la presión de hacer valer cada minuto de su vida, cada día de su existencia. :::

... Ryan no podía permitirse el lujo de pasarse la vida jugando al baloncesto o pescando junto al río. Todo un pelotón murió para darle la opción de tener vida. Y debía hacer algo importante, algo que valiera semejante esfuerzo. Nunca inventó nada, ni ganó el Nobel de la paz. Pero le bastaba con saber si al menos había logrado ser un buen padre y mejor esposo.  

Tomado de un mensaje de Dante Gebel.

"La gratitud a Dios, genera corazones dispuestos a servirle a Él." 
#elpastormax

Gracias por la imagen Jesús Zárate - Aliento de Vida Tampico


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